California refleja la historia de la repentina e inusitada caída de
César O’Malley, un hombre que goza de un
éxito en apariencia merecido, tanto en su trabajo como en su familia, con su
esposa y sus dos hijos como referentes. Un tipo razonable, cabal y de notable apostura que siempre ha
emanado una energía especial y que además parece tocado por una varita mágica para
ser olvidado continuamente por la desgracia. Sin embargo, el infortunio
decidirá cobrar todas las cuentas pendientes en un lapso de tiempo tan breve
que resultará vertiginoso.
La historia discurre con dos hilos narrativos que
se alternan de un capítulo a otro. El primero se centra en la vida del
protagonista desde antes incluso de nacer. Nos presenta a los abuelos que
emigraron a California y se dedicaron a los viñedos, al padre que se enamoró en
un viaje a España de una vallisoletana para acabar dedicándose también al vino,
pero en la meseta castellana. Una parte muy luminosa salpicada de modo intencionado
con anécdotas de infancia y de adolescencia, que consigue ser evocadora. El segundo hilo narrativo abarca un tiempo de
la historia más corto, cercano al presente y centrado en los días en los que la vida de
César, por una serie de coincidencias, casualidades y torpezas ante la
adversidad, le conducirá hacia el abismo.
El narrador es un amigo de la infancia que
participa poco en la historia y presenta una omnisciencia total respecto del
protagonista. César es el centro por lo que sus acciones, pensamientos, así como el resto
de personajes son vistos a través de sus ojos. El lector comparte su
perplejidad ante hechos que le resultan incomprensibles y comparte desde
muy cerca su caída. En cuanto a la forma, la novela está escrita con contención
para hacer que la historia fluya pero con el suficiente tino como para apreciar
que cada palabra parece apropiada y escogida. La historia se sigue con atención
y hasta con desvelo, pero también hay que apuntar que los acontecimientos que se
suceden y que tienen como consecuencia el desmoronamiento del protagonista son
rebuscados. La manera de actuar de César en esos instantes está siempre al
servicio del desastre. Llama la atención que un hombre que ha brillado siempre
con luz propia tenga tan poco instinto de conservación. Extraña que alguien que
ha tomado siempre las decisiones acertadas se equivoque tanto y en tan poco
tiempo. Parece que él mismo quiera condenarse.
California
resulta una novela notable que da lugar a la reflexión y cuyos silencios
resuenan con fuerza, sobre todo aquello que se escapa del alcance del protagonista
y por tanto del lector. No se trata de una historia sobre un proceso de erosión
sino de un golpe mortal de necesidad que desbarata toda una vida.
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