Antes
de entrar en la horrenda dinámica del exterminio nazi del que se salvó probablemente porque cayo del lado favorable de una exigua, estadística, Viktor Frankl era un reputado psiquiatra vienés que desarrollaba su propia psicoterapia. Su reclusión en diversos campos, incluido
el infame Auschwitz, interrumpió abruptamente su vida y por supuesto su
carrera, pero la supervivencia le permitió legarnos esta obra que mediante el
ensayo ahonda en la vertiente psicológica de semejante experiencia. La dimensión
de El hombre en busca de sentido ha
traspasado todo lo que pudo imaginar el autor cuando la concluyó en 1945 y sigue siendo un volumen de referencia del Holocausto.