Philip Roth es uno de los grandes novelistas
norteamericanos. Aunque eterno candidato al Nobel, este hecho es irrelevante
porque más allá de su fama y reconocimiento hay algo por encima, menos banal y
más tangible: sus novelas. Escritor longevo y prolífico, sus obras son una muestra
de una escritura cuidada, emocional, profunda y en muchos casos, demoledora.
Roth es un excelente narrador, que moldea sus personajes y les proporciona
hondura suficiente para atrapar al lector. La trama de sus novelas se emplaza en
un eje secundario mientras que los personajes, sus acciones y generalmente todo
aquello que los erosiona y en muchas ocasiones, destruye, acuden siempre a
primer plano. En los últimos años, el ya octogenario escritor, ha publicado una
serie de novelas cortas que concentran lo mejor de su prosa: Elegía, Indignación, La humillación y Némesis, por orden cronológico. Antes de desmenuzar La Humillación me gustaría hacer un
paréntesis para recomendar la lectura de Elegía
y Némesis, dos historias de gran calidad
en las que no parece sobrar una sola palabra.
domingo, 25 de mayo de 2014
domingo, 18 de mayo de 2014
Héroes, Ray Loriga
Héroes supuso la confirmación de Ray Loriga en el panorama
literario español de comienzos de los años noventa tras un primer libro, Lo peor de todo, que tuvo cierta
repercusión. Con el paso del tiempo la cuestión consiste en apreciar el peso
real de la obra veinte años después de su publicación (1993) para valorarla con
la distancia adecuada. Tras la lectura llama la atención el impacto que generó
en su momento porque tras el halo de experimentación y decadencia que impregna
la obra la sensación final es de irrelevancia.
martes, 6 de mayo de 2014
Una pesadilla con aire acondicionado, Henry Miller
Henry Miller escribió Una
pesadilla con aire acondicionado durante un viaje por el interior de
Estados Unidos, de Nueva York a California, en los años 1941 y 1942. La obra,
publicada en 1945, corresponde a un abigarrado conjunto de reflexiones, recuerdos,
encuentros o anécdotas, más o menos relacionadas con el viaje que emprende y tan
aleatorias como los personajes que te encuentras en un largo camino. El viaje
es un hilo conductor, un pie y una excusa para plasmar en párrafos pensamientos
e inquietudes, algunos todavía vigentes setenta años después.
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