El periodo
estival, con sus olas de calor sin descanso y el inevitable embotamiento mental,
invita a cierto relajo en las lecturas que las orienta hacia vertientes más
livianas. Como mi intención del momento consistía en leer una historia
ambientada en La Habana indagué un poco y encontré apetecible una serie de obras
de Leonardo Padura próximas a la novela negra con un protagonista que acumulaba
muchos rasgos del personaje arquetipo del género.
Escogí La neblina del ayer porque parecía garantizar una Habana en primer plano y tras la lectura puedo decir que la elección fue correcta. El lector queda
impregnado del controvertido y único ambiente de la ciudad caribeña en una historia entretenida, con una trama que aprueba y con un trasfondo
literario e histórico que resulta atractivo.