Un
chico de dieciocho años se levanta tarde en la mansión de sus padres tras una
fiesta de la que no recuerda detalle. Esnifa un par de rayas de cocaína y nada
unos largos en la piscina mientras el sol luce con fuerza. Estamos en
California, en algún sitio llamado Los Olivos, Ventura o Camarillo. Después prepara
en la cocina un zumo de frutas que bebe de trago, enciende un pitillo y se
marcha en su Mercedes descapotable a comer con su padre, un conocido productor
de cine. Un restaurante caro donde todos se acercan a saludar a su progenitor.
Por la tarde serpentea a toda velocidad por estrechas carreteras con el
crepúsculo pisándole los talones hacia otra fiesta en la que encuentra coca,
ginebra y sexo. Esta escena no es un extracto de Menos que cero, pero refleja lo que uno puede encontrarse en la primera
novela de Easton Ellis escrita en 1985 cuando tenía solo veinte años.