Las batallas de Pynchon son aquellas que se libran
entre los admiradores del enigmático autor, considerado uno de los grandes de
la literatura norteamericana del siglo XX, y los que creen que es puro
artificio ininteligible. Un duro conflicto que parece encuadrarse en la eterna
lucha entre realistas y vanguardistas, que muchas veces tiende, como acabo de
hacer, a poner etiquetas inútiles. Pero como es humanamente imposible obviar el
etiquetado, no queda otra que hacer lo propio con Pynchon y confirmar que es
vanguardista. Su narración, por decirlo de alguna manera, choca con algunos
lectores acostumbrados a estructuras de novela más comunes.
Otros lo integran dentro de ese grupo de escritores que han aportado algo
tangible a la literatura moderna. De cualquier manera, leer algo de él supone un
interrogante. Sin embargo, La subasta del lote 49 no parece ser la mejor
obra para salir de dudas, puesto que es la novela más convencional del autor
—según la propia crítica— y también la más breve. De todos modos, es una obra bastante peculiar.
martes, 28 de febrero de 2017
jueves, 9 de febrero de 2017
Jakob von Gunten, Robert Walser
Aunque en la actualidad parezca algo irreal, en el
pasado existieron las escuelas para sirvientes. Allí se formaba a los
individuos para que fueran mayordomos impecables. Robert Walser estudió en una
de ellas durante varios años y probablemente esa experiencia contribuyó para
que nos legara un personaje y un lugar que, por derecho propio, forman parte de
la historia de la literatura. El personaje da título al libro, el inefable
Jakob von Gunten y el lugar es el instituto Benjamenta. Uno y otro no se
entienden por separado, unidos por la ironía y el más puro absurdo. De todos
modos, antes de leer Jakob
von Gunten, recomiendo echar un vistazo a la biografía del autor. Aquí
solo apunto un par de detalles. Nacido en 1878, pasó recluido en un sanatorio
mental desde 1929 hasta su muerte en 1956 y los últimos veintidós años de su
vida, no escribió una palabra. Además es conocido por su influencia en Franz Kafka.
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