Bartleby y compañía, Enrique Vila-Matas

Bartleby es uno de los personajes más importantes del mundo de la literatura. Cualquiera que empiece esta reseña y que no conozca el relato de Melville Bartleby, el escribiente debe abordar inmediatamente su lectura y concentrar sus esfuerzos en conocer a ese insólito personaje, dueño de una de las frases más míticas jamás expresadas en una ficción: “Preferiría no hacerlo”. Vila-Matas, escritor original, personaje inclasificable, extrae a Bartleby del cajón literario para realizar una reflexión sobre las implicaciones de la negación literaria.

 El protagonista de la obra es un individuo común que se encuentra aquejado del mal de Bartleby. Hace tiempo escribió un libro pero el espíritu del escribiente se apoderó de él y lleva muchos años sin escribir nada. Finalmente decide comenzar un texto sobre este fenómeno extraño que aqueja a autores de toda índole que por unos u otros motivos, o bien detuvieron su actividad literaria o simplemente no la comenzaron. Desde escritores como el propio Melville, Guy de Maupassant, Rimbaud o Walser a otros menos conocidos, pero todos ellos afectados por este mal que tiene como consecuencia final algo fascinante: la génesis de un universo de libros no escritos. La sola idea de la relevancia de lo no escrito, de todo aquello que no ha sido y el estrecho vínculo que plantea Vila-Matas con la literatura resulta tan atractivo como interesante. La ironía y el juego predominan en la obra junto con una agudeza permanente influida probablemente por la obsesión del autor por la literatura y una imaginación poco frecuente. Hay algunos episodios, como el encuentro con Salinger, que resultan geniales. Además, la cantidad de referencias literarias que aparecen no abruman sino que se presentan como un tesoro que puede abrir nuevas sendas literarias para el lector con curiosidad. 

        Bartleby y compañía responde a una propuesta literaria más vanguardista que las que aparecen en este mismo blog y que copan los estantes de las librerías. Obras que quizá correspondan a una narrativa cuya evolución se encuentra atascada, aunque siga habiendo escritores con capacidad para culminar libros aseados e interesantes. Vila-Matas es un autor necesario para los que sienten algo por la literatura y esta reflexión sobre el mal de Bartleby es una buena manera de acercarse a él.