La literatura nazi en América
figura, según quien opine, como una obra menor de Roberto Bolaño. Los que la
consideran de este modo probablemente lo hagan valorando el conjunto de su obra
y atendiendo a otras de mayor calado, como por ejemplo Los detectives salvajes, pero no debe olvidarse un detalle
importante. La literatura nazi en América
llamó la atención de las grandes editoriales —se publicó en Seix Barral aunque
Anagrama se encontraba al acecho— y su publicación en 1996 abrió la espita que
permitió la publicación de muchas obras del autor chileno, que murió
prontamente en 2003 a causa de una enfermedad hepática. Resulta imposible saber
qué habría pasado si este libro no se hubiera publicado, pero lo que conocemos
es que fue el primero que obtuvo respaldo editorial —un apoyo siempre discutible,
pero positivo para la difusión—, a pesar de tratarse de una obra atrevida.
Se puede dudar si La literatura
nazi en América es una novela. En mi opinión se aproxima más a un artefacto
alejado de la narrativa convencional que posee valor literario y bastante
originalidad. Ciertamente es una obra breve que, a modo de manual de literatura,
nos presenta un mosaico de autores americanos ficticios con cuyo nexo es una
tendencia fascista o filonazi. Un listado variado,
desde gente cercana a la aristocracia hasta hinchas de Boca Juniors, que como
autores desarrollan obras de baja intensidad, muchas ellas de poesía, que se difunden en círculos literarios
residuales que simpatizan con las mismas ideas políticas. De cada uno estos
autores se presenta un resumen con un enfoque centrado en su obra literaria
escrito con soltura y humor. Resulta difícil que el rosario de personajes deje
indiferente al lector. Otra cosa es como puede reaccionar ante esta antología en
el que hay, por mencionar algo de entre todo lo llamativo, un “Epílogo para
monstruos” que recoge listas de personajes, editoriales y obras de esos autores,
todo perteneciente a una ficción que puede desorientar, pero que es puro
ingenio literario. De las historias, la más interesante por la forma, la
duración y la intensidad es la de Carlos Ramírez Hoffman. Representa un relato inquietante
que Bolaño extraerá de este volumen para desarrollarlo en su novela posterior Estrella distante, que ya ha sido
comentada en este blog.
Una obra poco convencional con un toque arriesgado que no creo esté
dirigida a un público común sino a aquel que sabe apreciar una original invención
literaria. Hay ironía, pero también algo de sordidez en unos personajes
grotescos y absurdos. Recomendable para aquellos que pueden salir de sus
lugares habituales de confort literario sin miedo y, por supuesto, para los
amantes de Bolaño.
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