Cicatriz
resulta una novela honesta con una estructura sencilla y una forma sin alardes
al servicio de una historia que desde cierto prisma puede resultar grotesca,
pero que la autora encarrila con cierta destreza para que el lector quede
envuelto en los entresijos del relato. Una
obra breve y con ritmo —hasta el último tercio, donde baja un poco— en la que no
hay grandes digresiones, descripciones engorrosas o personajes por doquier. La
historia puede resultar más o menos atractiva, pero la lectura es fluida y no
hay extravío en lo pretencioso o estéril. Por todos estos motivos, llama la
atención ese disfraz en forma de críticas muy favorables que anticipan una
novela extraordinaria cuando lo más reseñable de Cicatriz es su sencillez, sobre todo en la estructura.
¿Cuál es la historia de Cicatriz? Sonia y Knut Hansum comienzan a escribirse tras conocerse
en un foro literario en Internet. Poco a poco entablan una relación alejada de
lo habitual. No es una relación sentimental, no se ven, solo se escriben o
hablan por teléfono muy de vez en cuando. Knut además le envía libros como
regalo para que los lea y comenten. Pero transcurre el tiempo y los correos
aumentan, también los regalos, cada vez más frecuentes y abrumadores. Poco a poco
los dos crean un universo propio, enfermizo, tenso, plagado de frustraciones.
La narración está centrada en Sonia y se observa el
avance de su existencia—trabajo, matrimonio, hijo— mientras sostiene está peculiar
relación con el inclasificable Knut, cuyos detalles sobre su vida son
hábilmente escondidos por la narradora. Un tipo obsesivo cuyo aliento de
transgresión permite reflexiones agudas sobre la estructura social circundante.
Hay un juego de equilibrios entre la creciente obsesión de Knut y los vaivenes que
sufre Sonia, de tal modo que el
acercamiento entre ambos está muy determinado por el estado emocional de ella. La
vida de Sonia se erosiona paulatinamente y la presencia de ese inusual amigo que
la colma de regalos y la anima para escribir, mitiga ciertas frustraciones. Es
tal la relevancia de los regalos que adquieren una figura propia
transformándose en otro personaje. Pero Sonia y Knut saben —y el lector
también—que su dependencia tiene un componente malsano. Solo es cuestión de
avanzar en la historia para comprobarlo.
He desarrollado gran parte del planteamiento de la
trama de una historia poco convencional contada con herramientas literarias que
asumen escaso riesgo. Una contradicción necesaria para que pueda ser accesible a
un amplio espectro de público.
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