Poco hay que decir sobre El maestro
y Margarita, una obra considerada de culto sobre la que ya se han escrito
muchas líneas. Tiene el atractivo de ser una composición maldita de la que se
dice que Bulgakov quemó un borrador en un hornillo y cuya versión final y
publicación veintiséis años después de la muerte del autor en 1940 se debe a su
esposa. Un libro que perfectamente podía haber acabado como humo y haberse
perdido en el limbo en el que yacen seguramente muchas obras literarias
magníficas. Acerca del hostigamiento por parte de la censura soviética y de la omnipresencia
de Stalin en la obra también se han hecho múltiples referencias. Por ello, voy
a intentar realizar un análisis del libro desde un punto de vista meramente literario, más
allá de la historia del mismo.
Para intentar hacer una idea al
lector de la obra comienzo con el dibujo de algunos rasgos de uno de los personajes.
No es otro sino de Popota, hipocorístico de su nombre, Hipopótamo. Sin
embargo, Popota es un enorme gato negro
de comportamiento humano, que anda sobre dos patas, paga el billete del tranvía
y se permite bromear con cualquiera que se cruce en su camino. Popota forma
parte del grotesco séquito de Voland, el mismísimo Satanás, que ha surgido de
la nada para instalarse en la tibia primavera moscovita y sembrar el caos con
sus fechorías. Las andanzas de Voland, Popota y otros compañeros como Asaselo,
Koróviev y Guela forman una de las tramas de la novela de Bulgakov, sin duda la
más llamativa y genial. Al hilo de esta trama se enrosca la historia del maestro
y de Margarita, una pareja de amor doloroso en la que Voland tendrá un papel
principal, y también la narración de las vivencias de Poncio Pilatos durante los días que
tuvo lugar la crucifixión de Cristo.
De las tres tramas mencionadas,
todas ellas interrelacionadas, la más atractiva resulta la de Voland y su
séquito. El comienzo de la obra con la aparición de un extraño extranjero que
se inmiscuye en la conversación que tiene lugar en “Los Estanques del
Patriarca”, un parque de Moscú, entre Berlioz y el poeta Desamparado es genial.
Los acontecimientos que tienen lugar a continuación, el encadenamiento de
escenas muchas de ellas el piso de la Sadóvaya y la enajenación que causan en
los encargados de la gestión del teatro Varietés son desternillantes. Cabe
mencionar que la obra se divide en un Libro Primero y un Libro Segundo. El
primero se centra principalmente en este suceder de acontecimientos con Voland
a la cabeza, pero en el segundo la aparición del maestro y Margarita así como
la mayor relevancia de la historia paralela de Pilatos modifica el ritmo de la
narración y el papel de los personajes. De la acción sostenida se pasa a cierto
estatismo y el protagonismo que ganan el maestro y Margarita lo ceden Voland y
su corte. La obra se enreda y pierde algo de frescura. Probablemente la
historia del maestro esté más relacionada con las propias vivencias de
Bulgakov, puesto que el personaje sufre la censura y el descrédito de los que
podrían editar su libro y en un momento de frustración e ira llega a quemarlo.
Pero las desventuras del maestro y Margarita y el
aumento de la relevancia de la historia de Pilatos lastran esta segunda parte.
De todos modos, El maestro y
Margarita es una obra peculiar y muy ambiciosa en sus tres tramas que tiene una
primera parte ingeniosa, fresca e imaginativa que brilla con las tropelías
cometidas por Voland y sus seguidores y una segunda parte algo lenta y enredada que
concluye con un final etéreo. A lo largo de toda la obra hay escenas
magníficas, hilarantes hasta decir basta, con un rosario de personajes cada
cual más pintoresco. Quizá no sea una
obra redonda, pero solamente por plantear personajes como el inolvidable
Popota, merece la pena.
Qué buena pinta tiene Popota y la banda de Voland. La verdad es que, tras la descripción que has hecho, tengo ganas de coger el primer tomo.
ResponderEliminarPopota es el auténtico maestro del libro y digno acompañante de fechorías de Voland. La primera parte, genial.
EliminarPor fin lo leí. La reseña ha conseguido aclarar mis dudas tras leerla. Efectivamente el segundo libro me había turbado, quedándome la sensación de haberme perdido en algún momento. No obstante, me alegra haberla leído.
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